El proceso de reforma educacional aplicado en nuestro país a comienzos de la década de los 90 tiene directa relación con el ciclo histórico en desarrollo, es decir, el sistema capitalista en su fase actual (neoliberal) requiere una mayor tecnificación y calificación de las personas, en otras palabras el aumento del capital cultural de las diversas naciones. Así tanto en nuestro país como en la región se realizado grandes esfuerzos, en el ámbito de la cobertura para el nivel básico y en educación media.
El gasto en educación se ha incrementado notoriamente en la última década, sin que hasta el momento se hayan apreciado cambios cualitativos a nivel de evaluación general, es decir, los logros de aprendizaje están por debajo de lo esperado. Lo anterior se desprende de las mediciones anuales del MINDEDUC (simce estancado) al mismo tiempo que los logros de aprendizaje de los sectores más desposeídos (discriminación positiva, según la reforma), siguen siendo significativamente menores.
Para lo consecución de los fines esperados por ideólogos de esta reforma, era esencial que los criterios generales fueran conocidos y aplicados a través de una normativa que diera una base mínima sobre la cual deben guiarse los establecimientos educativos por medio de decretos con fuerza de ley, así vieron luces los decretos nº 220 y nº 232 que determinaron los contenidos y los objetivos mínimos que debían cumplirse.
La problemática del centralismo es tan común en las naciones americanas desde que estas decretaron sus independencias formales de los países europeos, y han sido tema recurrente y causante de variados conflictos, en este caso la reforma educacional busca subsanar esta problemática mediante el fortalecimiento (descentralización pedagógica) de los equipos de gestión de cada institución, esto por medio de los proyectos educativos institucionales que buscan que cada instituciones este guiada tanto por las directrices nacionales, como así por el contexto en el cual se desarrolla.
El último aspecto tiene relación en como todo lo anterior decante en el aula, así entonces los profesor deben guiarse por el marco para la buena enseñaza, el que garantiza un correcto desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje mediante los criterios que de este se desprenden.
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